Joel Sánchez Rodríguez
TIEMPO DE EVALUAR…
Culminado el proceso electoral federal y definido ya quienes serán los 500 diputados federales al Congreso de la Unión, 300 por el principio de mayoría y 200 por la vía plurinominal, la vida política de México llega a una nueva etapa, en la que todos los partidos políticos, los que ganaron y los que perdieron el 5 de julio, deberán evaluar los motivos por los que sus candidatos y candidatas, triunfaron o fueron derrotados en las urnas, para afirmar o corregir el rumbo que en los próximos meses y para los siguientes años deberán tomar sus institutos políticos.
En el caso del estado de Hidalgo, no existe duda de que el triunfador de la jornada, de manera contundente lo fue el Partido Revolucionario Institucional, que de acuerdo a los resultados confirmados, contará con nueve diputados hidalguenses en la próxima legislatura, ganó los siete distritos electorales y logró ubicar a dos más por el principio de representación proporcional.
Pero aún así, entre los priistas la evaluación sería un sano ejercicio, pues aunque los candidatos afirman el haber triunfado por si mismos, queda claro que no fue así, que atrás de ellos existió un amplio trabajo político por parte de los directivos del PRI, coordinadores de campaña, operadores políticos y del delegado del comité ejecutivo nacional, que integran un amplio sistema que hizo de esta una jornada victoriosa para los tricolores, que los abanderados pese a su esfuerzo, no habrían logrado solos.
Tan solo hay que reconocer que en la exitosa campaña priista tuvieron mucho que ver y llevan gran parte del mérito tres hidalguenses más, Jesús Murillo Karam en su calidad de secretario general del CEN priista; José Antonio Rojo García de Alba, que como delegado, abonó y mucho al triunfo en San Luis Potosí y Manuel Ángel Núñez Soto, que también como delegado coordinó la contundente victoria en el Estado de Nuevo León.
CON MÉRITOS…
Entre los priistas hidalguenses, ninguno puede dejar de reconocer que el triunfo priista le corresponde en gran parte al gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, pues el sufragio de los electores sería un tache o una paloma de los ciudadanos al desempeño del gobierno estatal y finalmente el voto mayoritario en favor del PRI, fue un signo de aprobación al trabajo de la administración de Osorio Chong, que logró reposicionar a su partido como la primer fuerza política en la entidad.
En la evaluación a la que están obligados los partidos, el priismo deberá analizar también el desempeño que durante la campaña tuvieron los tres sectores del partido, el campesino, el obrero y el popular, pues unos más, otros menos, aportaron su parte al triunfo electoral; En lo que refiere a la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), el trabajo fue pobre y podría decirse que sin resultados buenos, pues tan solo ese sector popular carece de una dirigencia real y no fue mucho lo que aportaron.
La Confederación de Trabajadores de México (CTM), antes fundamental para el éxito o el fracaso de las campañas, el dirigente Jesús Priego Calva ya no tiene ningún liderazgo ni influencia sobre el sector, hace mucho que no se conoce su trabajo partidista y es difícil creer que pudiera haber contribuido en algo al resurgimiento del PRI.
Situación diferente es la que corresponde a la Confederación Nacional Campesina (CNC), dirigida por Onésimo Serrano González, pues el liderazgo y la lealtad de los campesinos a la causa tricolor, quedó demostrada con el triunfo aun en aquellos distritos como en la región Huasteca, que sin el respaldo de los hombres y las mujeres del campo, no se habría podido consolidar.
CNC, 74 DIPUTADOS…
Del papel que en la reciente jornada jugó el sector campesino y de su aportación a los triunfos priistas, no solo habla el triunfo en Huejutla, pues en el caso de los distritos de Actopan y Tepeapulco, queda claro que al final de la jornada fueron los campesinos los que inclinaron la balanza en favor del PRI, lo mismo en el de Ixmiquilpan, pues en el Valle del Mezquital los electores en su mayoría son de vocación agrícola y sería absurdo pensar que sin la CNC, Héctor Pedraza Olguín hubiera ganado la elección.
Los cenecistas de Hidalgo, no obtuvieron grandes posiciones en esta jornada, pues la Liga de Comunidades Agrarias, solo logró alcanzar una suplencia por la vía plurinominal, Paula Hernández Olmos será diputada propietaria y Onésimo Serrano será suplente, pero en el ámbito nacional la CNC obtuvo 74 curules, la mayoría de las que tendrá el PRI y muchas más de las que alcanzarán la CNOP, CTM, el sector juvenil o el femenil, lo que es muestra de la importancia que el campesinado tuvo en el éxito tricolor en todo México, concretamente en estados como el de Hidalgo.
¿DIRIGENTE?…
En esta nueva etapa política, un hecho más llama la atención en el PRI; y es la posibilidad de que en las próximas semanas tenga que renovarse la dirigencia en el Comité Ejecutivo Nacional, pues la actual presidenta Beatriz Elena Paredes Rangel, ex-gobernadora de Tlaxcala, deberá decidir si continua al frente del CEN o si asume la coordinación de los diputados priistas en el Palacio de San Lázaro, pues por la vía plurinominal, ella se convirtió en diputada electa.
Pero por estatutos, corresponde al secretario general asumir la presidencia y es ahí donde surge la posibilidad de que el ex-gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, se convierta en el máximo líder del tricolor a nivel nacional, posición que solo han tenido otros tres ex-gobernadores hidalguenses, el general Alfonso Corona del Rosal en 1958; Manuel Sánchez Vite en 1970 y Adolfo Lugo Verduzco en 1982.
Al igual que ellos, alguna vez figuraron en el comité ejecutivo nacional otros hidalguenses, pero no como presidentes; Matías Rodríguez Melgarejo, Javier Rojo Gómez, Carlos Ramírez Guerrero; Jorge Rojo Lugo, Guillermo Rossell de la Lama y Humberto Alejandro Lugo Gil, todos ellos ex-gobernadores; igual lo hicieron otros personajes como José Guadarrama Márquez como secretario de Acción Política; Orlando Arvizu Lara, como secretario de prensa y posteriormente secretario general adjunto y, David Penchyna Grub como secretario técnico del Consejo Político Nacional.
¿PRECANDIDATO?…
Pero desde que Humberto Lugo fue secretario general, ningún hidalguense había ocupado una posición tan importante en el CEN como lo hace Jesús Murillo Karam, quien de convertirse en presidente del tricolor, de manera natural también se convertiría en uno de los precandidatos priistas a la presidencia de la República.
Jesús Murillo Karam fue presidente del PRI pero a nivel estatal en 1986, año en el que sustituyó en el cargo a Nicolás Licona Spínola y permaneció como dirigente priista hasta 1988 en el que lo reemplazó Juan Carlos Alva Calderón; Murillo se convirtió entonces en candidato a senador, llegó al Senado de la República y posteriormente a la gubernatura del Estado en la que permaneció hasta 1998 para después integrarse a la administración pública federal.
Años más tarde integró con Beatriz Paredes Rangel la fórmula en busca de la dirigencia nacional y obtuvo la secretaría general, cargo que sin éxito también buscó otra hidalguense, la ex-diputada federal Amelia Olguín de Guadarrama, pero “las fuerzas vivas del partido” estuvieron mayoritariamente con la dupla Paredes-Murillo que asumieron la dirigencia en la peor etapa del partido y lo hicieron resurgir de sus cenizas.
Hoy Beatriz Paredes está por abandonar la presidencia del tricolor y si se cumplen los estatutos, el secretario general Murillo Karam será el nuevo presidente priista, quien insisto, también será uno de los precandidatos a la presidencia de la República.
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